¿Qué es la perimenopausia?
La perimenopausia es la fase de transición que precede a la menopausia. Puede empezar varios años antes del cese definitivo de la menstruación y está marcada por una disminución progresiva (aunque irregular) de las hormonas reproductivas, especialmente el estrógeno y la progesterona.
Es una etapa natural en la vida de toda mujer. Pero eso no significa que sea fácil: puede venir acompañada de cambios físicos, emocionales y mentales profundos.
Síntomas de la perimenopausia: ¿Cómo saber si estás en esta etapa?
Una de las mayores frustraciones de muchas mujeres es no tener respuestas claras. Y es que, aunque existen análisis hormonales, no hay una prueba única y definitiva que confirme la perimenopausia.
¿Por qué?
Porque las hormonas pueden subir y bajar de forma impredecible durante esta transición. Un análisis un día puede mostrar niveles “normales”, pero eso no refleja lo que está pasando en tu cuerpo en general.
Entonces, ¿en qué puedes fijarte?
5 claves que pueden indicar que estás en perimenopausia:
1. Tienes más de 38–40 años
Aunque puede empezar antes en algunas mujeres, la mayoría entra en esta fase entre los 40 y 45 años.
2. Tus ciclos menstruales están cambiando
Pueden volverse más cortos, más largos, más intensos… o saltarse meses.
3. Cambios en tu estado de ánimo y tu mente
Mayor irritabilidad, ansiedad, niebla mental, problemas de concentración o bajones inexplicables.
4. Cambios en tu cuerpo que antes no tenías
Aumento de peso abdominal, pérdida de masa muscular, cambios en la piel o el cabello.
5. Problemas con el sueño
Te cuesta dormir, te despiertas en la madrugada, tienes sudores nocturnos o no descansas aunque duermas 8 horas.
¿Y ahora qué hago?
Lo más importante que debes saber es que esta etapa requiere una nueva forma de cuidar tu salud y bienestar.
Lo que antes te funcionaba en tu alimentación, tu ejercicio, tu ritmo de vida, quizás ya no encaje con lo que tu cuerpo necesita hoy. Y forzarte a seguir haciendo lo mismo de siempre solo genera más frustración, cansancio y confusión.
Un proceso de coaching personalizado te permite entender qué te está pasando, descubrir cómo acompañar a tu cuerpo con empatía (no exigencia) y construir hábitos que realmente encajen con tu etapa vital, tus síntomas y tu estilo de vida.
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